¿Mi gran pasión? La música.
La música me ha acompañado toda la vida. Cuando era pequeña, veía a mi madre tocar el piano y
empecé a imitarla sentándome al piano y tocando cualquier cosa que se me ocurriese.
Más tarde, comencé a dar clases en una escuela de música donde tocaba el piano y me encantaba
hacer conciertos con todos mis compañeros.
Los profesores de la escuela y una maestra del colegio me motivaron para apuntarme al conservatorio. Y, en efecto, lo hice. Fue la mejor decisión que pude tomar. Escogí el violonchelo, un instrumento un
poco grande para lo pequeña que yo era. Todo ello exigía mucha disciplina, mucha responsabilidad,
pero también ilusión y diversión.
A día de hoy, he acabado mis estudios profesionales en el Conservatorio de Burgos, donde los últimos
años lo llamaba “mi segunda casa”, y es que realmente lo era. No solo porque pasaba muchas tardes
allí, sino porque era el sitio donde evadirme de todo, donde pasármelo bien haciendo lo que me gusta,
donde me sentía arropada por mis profesores, mis compañeros y mi instrumento, además de todo el
apoyo recibido de mi familia.
Ahora, estoy estudiando Magisterio en la Universidad de Burgos, pues, desde pequeña conecto muy bien con la infancia y es algo que me gusta y me completa. Mi propósito es convertirme en una maestra de música, combinando mis dos mayores gustos.
La música me ha regalado momentos inolvidables, me ha ayudado a crecer, a perder la vergüenza, a
expresar esos sentimientos que no se pueden decir con palabras... ¡Para mí lo es todo! También dar las
gracias a todas esas personas que han aportado granitos de arena e incluso montañas enteras para
que siga amando la música como desde el principio.
Considero que la música no es una simple clase que se da una vez a la semana, sino que está en todas
partes y es esencial en cada momento. Eso es lo que voy a intentar transmitir. Gracias a Rocío y a todo
el equipo tan maravilloso de Yoglar, por darme la oportunidad de hacer música, compartirla y aprender...
¡con muchas ganas!